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Copio un párrafo de la excelente crítica que escribio Xavier Cervantes sobre el último disco de Nacho Vegas, "Desaparezca aquí", para Rockdelux.

"Desapararezca aquí" es un memento mori (recuerda que has de morir) transformado en un amenzador "recuerda que he de morir" dirigido para quien quiera escuchar los pensamientos del protagonista de estas diez canciones. Por que, dejémoslo claro, nadie esta obligado a conocer los entresijos biográficos de Nacho Vegas, así que es mejor (incluso más higienico moralmente) desatender a la tentación de identificar al autor con el protagonista de sus canciones por más que se intuya cierta correlación, por más que la primera persona nos pueda hacer caer en la trampa una y otra vez, por más que cincuenta años de rock and roll hayan alimentado el ego de los cantantes hasta aceptar comunmente que el caracter confesional basta para otorgar categoría artística a una creación, relegando la imaginación poética a mero artificio irrelevante. Y no, joder, no es eso. El arte debe explicar al mundo, pero no al artista.